"Yo confieso, con la mano puesta sobre el corazón, que no he visto debut, ni en toreros chicos ni en toreros grandes como el de este chiquillo de Sevilla. Ni tampoco he visto, ¡y eso que vi otorgar una oreja a Joselito en Madrid y presencié la enorme faena de Belmonte del 2 de mayo en la misma plaza de la corte! Una faena tan completa, tan maravillosa, tan clásica, tan admirable como la que Chicuelo realizó ayer."

"Gran ovación, prendas, vuelta al ruedo, las dos orejas y el delirio. Aquí hay un torero"

"Chicuelo me maravilló esta tarde con su arte. ¡Qué dos faenas más clásicas y, al mismo tiempo, qué graciosas, qué toreras, qué bonitas!

(...) Si hace en Madrid lo que hizo hoy en Sevilla, sale Madrid siendo chicuelista ."

"¿Toreaba el amo del toreo contemporáneo, don José Gómez Ortega, a los dieciocho años con el sello propio y con el dominio que en la actualidad lo hace Chicuelo? ¿Vimos a Juan en su grandiosa particularidad con capote y muleta al iniciar sus primeros pasos con la serenidad y dominio que hoy vemos a Chicuelo en el conjunto de toda su labor? 
Pues si estas y otra singularidades aplaudimos hoy en Chicuelo, ¿por qué no confiar en que, rodado el tiempo y pasando corridas – única y verdadera escuela práctica – hemos de tener ocasión de llamar a Chicuelo, grande, magnífico, único?"

"Chicuelo me maravilló esta tarde con su arte. ¡Qué dos faenas más clásicas y, al mismo tiempo, qué graciosas, qué toreras, qué bonitas!

(...) Si hace en Madrid lo que hizo hoy en Sevilla, sale Madrid siendo chicuelista ."

"Chicuelo empieza la faena con un gran pase ayudado por alto. Practica luego una monumental faena de muleta, intercalando cuatro pases naturales magníficos, dos de pecho con la izquierda soberbios y otros ayudados, soberbios. También da uno de pecho de rodillas estupendo y dos pasándose la muleta por la espalda, en tanto los aplausos y los olés no cesan, tocando la música."

"El príncipe del toreo Manuel Jiménez (Chicuelo) está a punto de ser capacitado para ejercer en propiedad la alta dictadura.

(...) En el sexto animal, la faena de muleta realizada por Chicuelo fue sencillamente genial."

"«¡Imperator habemus!» Manuel Primero, por la pajolera gracia de su repajolera muleta y la magia de su arte, acaba

de coronarse emperador de la tauromaquia en la apartada plaza de La Coruña. ¿Qué importa la Geografía para el poder dominador del arte?"

"El que tiene el duro -dicen los aficionados- debe cambiarlo. ¿Quién es el valiente que le proporciona cambio en buena plata al toreo de Chicuelo?

(...) La faena fue grande, soberbia, algo así como un tratado de toreo con la muleta."

"Gran ovación, vuelta al ruedo y las dos orejas. La faena de muleta ha sido monumental. Así se torea. Vea el joven Chicuelo cómo el público premia lo bueno con ovaciones. "

"Pero, donde demostró una vez más lo buen torero que es, fue en la faena de muleta que empleó en el referido bicho segundo, en la que el arte rebosaba por todos los poros de su cuerpo. El muchacho se apretó, estaba decidido a que le tocasen las palmas, y en diferentes tercios administró todos los pases naturales que le dio la reverendísima gana, aguantando atrozmente, corriendo la mano de manera magistral y derrochando arte exquisito, puso, fino, clásico."

"Chicuelo, con la mano izquierda, torea como nadie, y tira de los toros, y saca de ellos un partido difícil de sacar, le ligó tres de primera intención, y luego otros tres que alternó con la mano derecha. La faena tuvo mucho arte y el mérito de torear de aquella manera a un toro agotado."

"Barrió todo, todo, y se quedó él sólo en el redondel...

La figura del torero sevillano eclipsó por completo a las demás...

Y todas las miradas estuvieron pendientes de Chicuelo y todos los éxitos amasados, preparados, vinieron a tierra..."

"Pero hombre de Dios ¿por qué se levanta usted del asiento, por qué se congestiona, por qué enrojece de entusiasmo? Si no es más que esto… Y Chicuelo con su arte único se iba comunicando con cada espectador y le iba dando a libar el mosto viejo de su solera única, hasta emborracharlo…"

"Años hace que no vemos algo igual. Yo ignoro si Lagartijo el Grande, Guerrita o Montes y Curro Cuchares harían algo más de lo que yo he visto ayer a Chicuelo con su primer toro; pero aunque lo hubiesen hecho, nunca lo podría creer.

¿Una faena con más conciencia, con más seguridad, con más arte? ¡Imposible! ¡Imposible! ¡Si parecía que el chiquillo toreaba y ejecutaba como si estuviese tocado por la gracia divina!..."

"Yo, Federico M. Alcázar, mayor de edad, natural de Albacete, con cédula personal vigente y en uso perfecto de mis facultades mentales, declaró solemnemente, que la faena que realizó ayer tarde “Chicuelo” en la plaza de Madrid, con el toro “corchaíto” de Gracialiano Pérez Tabernero, ganadero y señor por derecho propio, es la obra de arte más grandiosa, más excelsa, más genial que se ha hecho en el toreo."

"Hoy le he visto

¡Le he visto y ha toreado!

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¡Hoy creo en Dios!" 

"Chicuelo terminó la actual temporada cortando las dos orejas y el rabo del toro primero, el cual, con su inteligencia y arte, consiguió que llegara a sus manos – por lo bien que le lidió – en condiciones de sacarle todo el mayor partido. Y se lo sacó a fuerza de arrimarse a él y de trastearle a dos dedos de los pitones, siempre valiente, siempre torero, siempre artista y siempre Chicuelo." 

"Manolito Jiménez volvió a armar otro respetable alboroto, toreando con el capote de manera colosal, de todas formas y maneras, con su peculiar estilo, arte y gracia entre atronadoras ovaciones.(...) la faena de muleta fue estupendísima, genial, artística (...) Coronó la magnífica faena con una gran estocada, y hubo entusiasta ovación, vuelta triunfal por el ruedo y concesión de la oreja." 

"Chicuelo, izquierdista, inaugura el trasteo con unos naturales de los suyos y unos preciosos adornos con la derecha, de extraordinaria novedad, que entusiasman al público. Más naturales soberbios y nuevos alardes de esa gracia única con que tan pródigamente se halla dotado el Sr. Jiménez." 

"Manolo Jiménez recibió al primero de la noche con graciosas verónicas y alguna chicuelina, que se aplaudieron.

(...) Chicuelo tomó la flámula y  comenzó con espléndidos naturales y buenos redondos. Siguió afiligranada y felil la faena, que la banda acompañó con sus sones. Mató pronto el de la Alameda y escuchó, arrastrado su manejable enemigo, una ovación, para recoger la cual dio la vuelta al anillo y saludó en el tercio."

"- Mare, ayer en la Maestranza, la del amarillo albero

dió su "corría" la Prensa y en ella hubo un torero.

- Chiquillo, que fueron tres; ¡como te oiga el abuelo!

- Mare, si yo ya lo sé; ¡¡pero debutó Chicuelo!!"

"Hállase Chicuelo, y lo confirmó el domingo en una larga exhibición maravillosa, en un segundo amanecer de su arte genuino. (...) Por petición general adjudicáronle orejas y rabo, y después de recorrer el ruedo, por dos veces, se le obligó a salir entre delirantes aclamaciones.

De la tarde de Manolo en la corrida de la Asociación de la Prensa  se hablará mientras quede vivo siquiera un testigo presencial. ¡Y cuando el domingo no se murieron de gusto todos ellos...!"

"UN CHAVAL DE LA ALAMEDA. No es fácil describir su faena de muleta. Allí hubo de todo. Pases por alto con los pies juntos, molinetes, costadillos, en redondo, cambiándose la muleta de mano, siempre no torero, sino torerísimo. Con un arte sin igual. Valiente como el que más.

(...) El entusiasmo fue enorme. Chicuelo, con las dos orejas y el rabo tan lindamente ganados recogía, emocionado, la clamorosa ovación."      

"Aquella ovación clamorosa de toda la plaza en honor de Chicuelo, una vez hubo terminado el paseo de las cuadrillas, fue la prueba del cariño que por el torero genial de la Alameda se siente en Sevilla.

(....) y, cuando después de aquellos dos quites magistrales otra vez todo el público se puso en pie para aclamarlo, Chicuelo nos demostró que era merecedor de aquella ovación primera y de que aún el público puede confiar en su capote de brega, que se convierte en de lujo cuando está en sus manos."      

"Jugó Chicuelo su mágico capote como en los mejores tiempos, pero sobre todo en el soberano quite que realizara en el segundo toro; lances inenarrables, geniales: esencia de arte purísimo derramada a raudales sobre el ruedo. La ovación clamorosa restalló en homenaje a Chicuelo, cuya historia no está conclusa, y ya hasta el final de la corrida se repitieron las muestras de entusiasmo que promoviera la labor del veterano." 

"Brindó a la multitud la muerte del cuarto de la tarde, cuya faena se inició con dos pases por alto magníficos, prosiguiéndola con un natural, tres por alto, cuatro derechazos y un molinete, preámbulo de un volapié entero y en la yema. Entre una ovación delirante se le otorgaron las dos orejas del astado, dio la vuelta al ruedo y por tres veces salió a los medios, acompañado la última de sus dos compañeros de terna."